Apoyar en la región el desarrollo sostenible desde la perspectiva económica y ambiental; además de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio de una forma socialmente inclusiva, que implique un impulso para todos, son algunos de los objetivos del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF). Para alcanzar parte de estas metas, la institución cuenta con agendas específicas en los frentes portuario, aeroportuario, intermodal y de logística global en cada uno de los países, identificando carteras de proyectos y políticas públicas a las que prestan respaldo tanto en su diseño como en su ejecución financiera.
La explicación la otorga Fausto Arroyo, ejecutivo principal en análisis y programación sectorial, CAF, quién, aprovechando la posición de este organismo- verdadero mirador logístico de Latinoamérica-, señaló a Mundo Marítimo, en el marco de Enloce 2022, cuáles son las tendencias en la región en esta materia.
Según destaca, "el continente es consciente del impacto que tiene la dimensión logística. No solamente se trata de transportar carga, sino hacerlo de una forma eficiente y, además, apoyando las cadenas de valor". Agrega que existen tendencias que ahora concentran la preocupación: "Infraestructura, digitalización e intermodalidad son los tres conceptos en los que hay un interés muy grande por avanzar en la región y donde se están desarrollando políticas públicas de impulso".
En el plano de la infraestructura señala que "siguen existiendo cuellos de botella, conexiones perdidas donde es necesario una inversión pública o pública-privada que habilite esa posibilidad".
En cuanto a la digitalización, resalta que "nuestros mercados destino, nuestros clientes finales se han sofisticado- con la pandemia muchos más- y exigen que el producto sea acompañado de una data digital de 'tracking', de la evolución que ha tenido en su tratamiento. Todo lo que se ha llamado industria 4.0 pasa por entrar ya de lleno a la digitalización de todos los procesos", precisa.
En lo que respecta a la intermodalidad, destaca que "ya se deja de concebir que hay un tramo de carretera que empieza y termina en sí misma y que a continuación viene un tramo de puerto. Ahora se piensa en todo unido en la cadena logística, lo que esta llevando a otra aproximación muy interesante de adopción tecnológica; palabras como 'cloud computing', internet de las cosas, gemelos digitales, inteligencia digital, etc. comienzan a ser herramientas imprescindibles para avanzar en esa coordinación".
La dimensión social: puerto-ciudad
Arroyo explica además que todo esto tiene una dimensión humana y social en varias aristas que implican espacios que consumen calidad ambiental y, por otra, generan empleo y desarrollo. "Ese ese diálogo se residencia en un concepto que se ha denominado relaciones puerto-ciudad donde se implica la ciudadanía, a los gestores del puerto y de la ciudad", apunta.
El ejecutivo de CAF evita denominar la relación puerto-ciudad como una "convivencia", ya que "no conviven dos realidades". Más bien, se trata de una única realidad y esta se traduce en "cómo dialogar y elegir un futuro ventajoso como se está haciendo en otros lugares del mundo", afirma.
Señala que las problemáticas entre puerto y ciudad es un tema que no es novedoso, y que por supuesto no ocurren solamente en Chile. "Todos los puertos del mundo en mayor o menor medida a lo largo de la historia las sociedades se han enfrentado a esa dicotomía y ha habido muy diferentes soluciones. Hoy en día, hay mucho conocimiento en torno a esto, existen por lo menos cuatro grandes asociaciones recopilando sistemáticamente en las últimas dos, tres décadas las mejores prácticas mundiales y, a su vez, hay un cuerpo de conocimiento en torno a qué funciona y qué no", sostiene.
Detalla que existe una rama en torno "a hacer visible al puerto, a través de crear cosas tan curiosas como los safaris portuarios, donde a través de la gastronomía se accede a restaurantes que tienen una visión sobre el puerto y cuentan historias". Otras, a la inversa, "hacen presente el puerto en la ciudad, a través de publicar en los periódicos qué naves están en los puertos y qué mercancías manipulan"; también hay líneas que buscan la participación en las decisiones. Como sea, sostiene, "en cada puerto, lo fundamental es el diálogo entre gestores públicos, sectores privados y ciudadanos. Elemento fundamental para hacer una elección consensuada del futuro".
Reconoce que "esto se dice fácil, pero se necesita tiempo, generosidad, compromiso y no siempre las agendas portuarias o de la ciudad tienen ese compromiso. Pero yo diría que se puede, se ha hecho y no hay ningún puerto que no lo pueda alcanzar".
Como un esfuerzo en este sentido, Fausto Arroyo cita el apoyo de CAF a la Red de Puertos Digitales y Colaborativos (RED) en América Latina, iniciativa impulsada por el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) que ya reúne a 29 puertos, donde se ha instalado una comunidad portuaria con las ciudades, los puertos, operadores privados y públicos que dialogan en torno a sus problemas. "Estos puertos mueven cerca del 70% de la carga portuaria del continente. Estamos apoyando en Buenaventura, Colombia; Callao, Perú; en Bahía Blanca, Argentina y Panamá. No prescribimos soluciones, pero estamos apoyando el diálogo colaborativo", afirma.
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